HISTORIA

1. Llegada a la Cuenca de México

 

Los mexicas —llamados también aztecas— fueron un pueblo indígena de filiación nahuatl que tras una larga peregrinación fundó México-Tenochtitlán. Hacia el siglo XV esta ciudad se convirtió en el centro de uno de los Estados más extensos que conoció la Mesoamérica precolombina.


Se dice que Aztlán estaba situado en una isla de la laguna de Mexcaltitlán en la costa de Nayarit y que el grupo salió de ahí entre el 890 y el 1111, atravesaron primero algunas regiones del norte de Jalisco y después, siguiendo el curso del río Lerma, partes de Guanajuato y Michoacán. Realizaron un largo peregrinaje por diversos lugares hasta que, entre 1273 y 1276, se establecieron en Chapultépec.Los mexicas procedían de un lugar llamado Aztatlán o Aztlán, que según varias leyendas significa "lugar de garzas", por lo cual se les conoce mejor bajo el nombre de aztecas, aun cuando ellos preferían denominarse culhuas-mexicas. En realidad, hasta su llegada a Chapultépec, los mexicas sólo permanecían, en calidad de "temporeros”, unos años en cada lugar por donde pasaban, pues todas las tierras estaban ocupadas y nadie les quería como vecinos por ser muy pendencieros, practicar formas crueles de sacrificios humanos, y tener la costumbre de robar a las mujeres casadas. 

 

En Chapultépec, sitio estratégico de fácil defensa, se sintieron al fin seguros y desde allí comenzaron a merodear por los lugares próximos, haciéndose, como siempre, odiosos a sus vecinos. Estos, cansados de soportarlos, formaron una coalición con casi todos los señoríos del Valle de México, encabezados por el de Xaltocan y, en 1319, lograron derrotar a los aztecas gracias a una estratagema urdida por los tepanecas: éstos les hicieron creer que necesitaban su ayuda militar para combatir a los de Culhuacan. Así lograron que salieran de Chapultépec todos los guerreros quedando sólo los ancianos, las mujeres y los niños, a quienes fácilmente pudieron aprisionar.

 

 

Vista del actual lago de Chapultépec, México D.F

Desmoralizados, los mexicas fueron vencidos por los culhuas y quedaron como sus cautivos o siervos, confinados en Tizapan, lugar poblado de serpientes. Los de Culhuacan esperaban que éstas hiciesen perecer a muchos de los prisioneros, pero resultó que los mexicas consiguieron exterminarlas. Más tarde, los culhuas, que sostenían una ardua lucha contra los xochimilcas, utilizaron a los mexicas como soldados mercenarios para vencer a sus enemigos y les ofrecieron la libertad a cambio de 8.000 prisioneros xochimilcas. Por ser reducido el grupo mexica y no poder conducir hasta Culhuacan a los 8.000 prisioneros, se contentaron con cortarles las orejas y llevar éstas, en sacos, a Coxcoxtli, señor de Culhuacan, el cual, horrorizado, les concedió la libertad y les permitió establecerse en Mexicatzingo.

 

Edificaron allí de inmediato un templo en honor a Huitzillopochtli y pidieron a Coxcoxtli una hija "para tenerla como una reina y venerarla como una diosa". Sin saber que los mexicas se proponían desollarla, el señor culhua accedió e incluso aceptó la invitación que le hicieron para que él mismo fuera a reverenciarla. Cuando se percató de lo que habían hecho se enfureció e hizo que sus súbditos persiguiesen sin tregua a los mexicas y los arrojaran a los carrizales que había a orillas del lago, en donde encontraron refugio en un islote abandonado.

LÍNEA DEL TIEMPO

Aquí tenemos una línea del tiempo interactiva que comporta los acontecimientos de la historia azteca más trascendentales, desde sus orígenes hasta la llegada de los conquistadores españoles en 1619.

 

2. La Triple Alianza: dominio sobre otros pueblos

 

En este tiempo la entidad política de mayor complejidad fue la mexica, cuyo origen histórico se remonta a una coalición militar conocida como la Triple Alianza, que vinculó a tres estados emergentes: los mexicas, cuya ciudad capital fue México-Tenochtitlan, famosa urbe de su época; los Acolhua con Texcoco como ciudad primordial, considerada el centro cultural por excelencia; y Tlacopan, que reunió a los sobrevivientes del antiguo señorío que alguna vez dominó el valle de México. La conformación tripartita fue un fenómeno social común en el Posclásico tardío, dado que implicaciones religiosas e ideológicas estuvieron involucradas en el concierto social y en los linajes del poder y estos pueblos creyeron en el orden cósmico como esquema para el terrenal y se apoyaba en la idea del dios del fuego Xiutecuhtli, de composición tripartita.

 

Los mexicas y sus aliados de la Triple Alianza establecieron su dominio sobre numerosos pueblos, especialmente en el centro de México, la región de Guerrero y la costa del golfo de México, así como algunas zonas de Oaxaca. Poseían además enclaves en varias posiciones estratégicas en la región de Tabasco (Xicalanco) y dominaban la ruta entre el corazón de Mesoamérica y la rica región del Xoconochco —ubicada en el sur del actual Estado mexicano de Chiapas— que era regida directamente por los mexicas.

 

La conformación tenía una función esencialmente económica (con la consiguiente repartición y distribución de los tributos obtenidos de otros pueblos, que en el caso de la última Triple Alianza correspondía a 3/6 partes para México-Tenochtitlan, 2/6 para Texcoco y 1/6 para Tlacopan); jurídica (el nombre con el que los pueblos del Anáhuac se expresaban era excan tlatoloyan (el triple lugar de los tribunales) y militar (para unir tropas y derrotar a enemigos poderosos

 

Los mexicas expandieron su control económico, principalmente mediante tributación, a través de una amplia región del actual centro de México, con excepciones importantes de control político en altépetl disidentes o fronterizos. Exactamente, la élite gobernante de la Triple Alianza se apropiaba de la producción de las otras naciones mesoamericanas mediante la imposición de un tributo, que era fijado de acuerdo con la especialización económica y geográfica de los dominados y recolectado por un calpixque, o recaudador. Los dominadores no impusieron su religión ni su lengua a los dominados. Aunque es cierto que los estados sometidos no tenían independencia política total, seguían gobernados por grupos locales. Sólo en algunos casos, los mexicas establecieron un control militar en ciertos puntos estratégicos de sus dominios.

 

 

4. Extensión del imperio

 

El modo en que los mexicas impusieron su dominio sobre otros pueblos mesoamericanos fue diverso, no ajustándose a una estructura imperial tradicional como en las monarquías europeas. Aunque se suele señalar el carácter militar de varias conquistas mexicas, también establecieron una complicada red de alianzas matrimoniales con las élites locales para asegurar la lealtad hacia el poder de México-Tenochtitlan. Tal fue el caso, por ejemplo, de los zapotecos de Tehuantepec. El dominio del Estado mexica en Mesoamérica no fue total. Varios estados mesoamericanos fueron capaces de resistir el empuje de los tenochcas y sus aliados, entre ellos los popolocas de Teotitlán del Camino, los tlapanecos de Yopitzinco, el señorío de Metztitlán (norte de Hidalgo), los mixtecos de Tututepec, la confederación Tlaxcalteca y el estado tarasco de Michoacán. De sobra es conocido que los tlaxcaltecas eran enemigos acérrimos de los mexicas, que les habían impuesto la obligación de participar de la Xochiyáoyotl a cambio de su independencia. Tampoco debe dejar de mencionarse que los mexicas nunca pudieron derrotar a los tarascos, y que la presencia de este pueblo impidió la expansión de sus dominios hacia el occidente.